Lo legal ya no es un problema de abogados: es un problema de crecimiento
Cuando lo legal frena tu crecimiento, es momento de repensar el modelo. No se trata de sumar abogados, sino estructura.
Cuando lo legal frena tu crecimiento, es momento de repensar el modelo. No se trata de sumar abogados, sino estructura.
Cuando una empresa empieza a crecer, aparecen los síntomas: Más contratos. Más países. Más equipos. Más clientes. Más fricción.
Y, casi siempre, lo legal empieza a doler.
Durante años, muchos fundadores y gerentes pensaron que resolver lo legal era cosa de “sumar un abogado” o “pedirle ayuda al estudio de siempre”. Pero hoy, con empresas que operan en múltiples países, equipos que se arman en remoto y modelos de negocio que cambian cada seis meses, eso ya no alcanza.
Lo legal, simplemente, no escala si lo seguimos viendo como un problema aislado.
Profundicemos a continuación sobre este y otros escenarios, para dirigirnos hacia la respuesta de cómo si es posible optimizar tu operación legal.
Todo cambia. Todo evoluciona. A día de hoy, lo legal está inserto en la operación, sin vistas a que sea sacado o excluido. Es parte fundamental de los procesos y el propio crecimiento de la compañía.
Piénsalo así:
Antes, todo eso “lo resolvía el abogado”, un colaborador más con una función específica. No había estrategia en su desenvolvimiento, no era necesario escucharlo, solo que ejecutara lo justo y necesario.
Hoy, lo legal está en el corazón de la operación. Y si no fluye, la empresa no avanza.
Muchas veces, lo legal se convierte en cuello de botella por una razón simple: Estamos usando una estructura diseñada para otra época.
El modelo clásico —un abogado in-house que hace de todo, o un estudio externo que cobra por hora— funciona hasta cierto punto. Pero cuando una empresa quiere crecer rápido, ser eficiente y mantener el control, necesita otra cosa.
Ahí es donde entra el enfoque de Legal Ops. No se trata de “automatizar lo legal” ni de reemplazar abogados. Se trata de ordenar, digitalizar y estructurar la gestión legal como parte del negocio, no como algo aparte.
En Lexgo trabajamos con decenas de empresas en expansión que enfrentaban exactamente este desafío. A pesar de sus múltiples esfuerzos por resolver la operación legal -porque eso hay que reconocerlo-, el patrón se repite:
Lo que hacemos no es magia. Es ayudar a esas empresas a estructurar sus Legal Ops con lógica de negocio:
Aún muchos entornos legales son reacios a trabajar con tecnología e innovar. Pero esa misma brecha, los separa más de su propio potencial… En LexGo queremos que explotes ese potencial.
¿Tienes un equipo legal interno? Perfecto. ¿No tienes? También. Lo importante no es la estructura que tienes hoy, sino si es la adecuada para crecer sin fricción.
Porque lo legal no es un tema legal. Es un tema de eficiencia, de escalabilidad, de madurez operativa. Y eso no lo resuelve un contrato más, ni un abogado más, se resuelve con estrategia.
Si estás en ese momento en que lo legal ya no puede seguir siendo lo último de la lista, quizás valga la pena repensar cómo lo estás resolviendo.
No porque sea complejo, sino porque no está diseñado para escalar con el resto. Y si no se ordena a tiempo, termina frenando decisiones, personas y crecimiento.
La buena noticia es que hay otras formas: Modelos que combinan tecnología, estructura y acompañamiento para que lo legal fluya como parte del negocio, no como un dolor constante.
No todas las empresas saben por dónde empezar. Y está bien, para eso estamos.
Desde mi rol en Lexgo, estoy teniendo conversaciones con empresas que están justo en esa transición: buscando más orden, eficiencia y escalabilidad en lo legal y sus Legal Operations, sin tener que convertirlo en una carga.
Si nos cruzamos por LinkedIn, y si esto te resonó, me encantará escucharte.
En algún momento, todas las empresas que crecen se enfrentan a lo mismo: lo legal deja de ser un detalle y empieza a pesar.